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13 | 04 2020

Tiempo de aperturas novedosas

Ideas para propiciar sanos encuentros

Este tiempo de cuarentena desafía la creatividad de
quienes trabajamos en educación para que la educación
no sea un experiencia despojada de subjetividad.
Demos lugar al diálogo.
Demos un lugar a las palabras.
Sobre lo que nos está ocurriendo, sobre los aplausos,
sobre los abuelos y abuelas,
sobre los miedos, sobre las alegrías,
sobre la apertura hacia los otros,
sobre que el tiempo está de nuestro lado,
sobre los juegos, sobre cómo extrañamos la escuela.
Estas palabras permitirán cargar de afecto y sentido los aprendizajes.
Demos lugar a la palabra de las y los docentes.
Hoy la realidad nos desafía a todas y todos.
Desde el lugar de cada uno y cada una podemos propiciar encuentros.

El momento que atravesamos es inédito, una experiencia que difícilmente hubiésemos imaginado vivir. Es complejo comprender aquello que nos inquieta, a menudo nos faltan palabras para explicar lo que nos pasa. Busquémoslas junto a los otros y creemos una escuela mejor.
En la circunstancia que transitamos, el aislamiento social preventivo y obligatorio, es una de las acciones que tanto las autoridades como los científicos designan como una estrategia de cuidado fundamental. Sabemos que ella transforma el modo que teníamos de vivir nuestra cotidianeidad, aquello que conocíamos como “nuestra realidad”.
A esta situación se le suma el hecho de que las noticias sobre las características y los efectos del virus estén cada vez más presentes en los medios de comunicación, incrementando la preocupación pública.
Es por ello que se vuelve de suma importancia, además de cuidar de nuestra salud física, tomar aquellas medidas destinadas a cuidar de nuestra salud emocional. Es necesario tener presente que todos en algún momento podemos experimentar y de forma ampliada:
● Miedo, angustia, ansiedad, frustración, enojo.
● Vivencias de desorganización, aburrimiento, incertidumbre.
● Sentimientos de soledad y sensaciones de encierro.
● Pensamientos con diversos contenidos:
Omnipotentes: “no seré afectado por esto”. Catastróficos: “nunca podremos salir” “estamos absolutamente desprotegidos”.
Algunas pautas generales a tomar en consideración:
● No sobreexponerse a noticias y consultar solamente fuentes confiables (organismos oficiales, Ministerio de Salud de la Nación y OMS) y en momentos del día establecidos (por ejemplo, al mediodía o a la tarde y no tanto al despertar o antes de dormir).
● Mantener los horarios de sueño. (La variable tiempo es la que más se ha hecho escurridiza, es por eso que la disciplina en este aspecto es fundamental).
● Aunque no vaya a salir de su casa, quitarse el pijama o la ropa de dormir para evitar la sensación de continuidad y poder organizar los ciclos del día.
● Proponerse aprender algo nuevo a través de tutoriales o cursos online, hay muchos gratuitos y de calidad.
● Hacer una rutina de ejercicios físicos periódica en casa, siempre tomando en cuenta que es una situación transitoria.
● Continuar accediendo a la naturaleza y a la luz solar siempre que sea posible.
● Mantener sus redes sociales de contención emocional con sus familiares, amigos y personas de confianza a través de medios digitales.
● Limitar los grupos de chats que difunden noticias, muchas de ellas falsas o erróneas ya que promueven pensamientos negativos y catastróficos y le imponen a nuestra mente un sobreesfuerzo.
● Ser considerado con uno mismo, teniendo presente que los cambios de rutina tan abruptos, la incertidumbre y el temor a la pandemia afectan nuestro estado emocional por más saludables que podamos sentirnos.
● Considerar que esto mismo les ocurre a los demás, por lo tanto, intentar ejercitar y hacer crecer en cada uno la “empatía”.
Algunas pautas específicas para apoyar y contener a los niños/hijos, niñas/hijas y adolescencias:
Es importante hablar con ellos siempre apoyándonos en fuentes oficiales y adaptando el lenguaje a la etapa de la vida que transita.
Tener presente que las niñas y niños reciben la versión del mundo que los adultos construyen para sí mismos, no tienen una propia.
En los adolescentes si bien ya hay un intento de camino propio, nunca se desentiende del mundo que los adultos les presentan.
1. Ayude a los niños, niñas y adolescentes a encontrar formas positivas de expresar sentimientos perturbadores como el miedo y la tristeza. No intente modificarlos, ellos ya se sentirán aliviados si pueden expresarlos y comunicarlos en un ambiente seguro y de apoyo.
2. Mantenga a los niños, niñas y adolescentes cerca de sus padres y/o referentes afectivos tanto como sea posible. Si una parte significativa de la familia se encuentra a distancia, procure que se mantenga un contacto regular mediante llamadas telefónicas o video llamadas programadas.
3. Propicie rutinas familiares en la vida diaria ya que ayudan a organizar el tiempo durante el período de distanciamiento social. Intenten generar actividades atractivas apropiadas a la edad de cada uno.
4. En la medida de lo posible, anime a los niños, niñas y adolescentes a continuar los vínculos con amigos, amigas y compañeros de colegio a través de las redes sociales y los medios que tenga disponibles. La actividad física también es importante para ellos, ayuda a evitar exceso de ansiedad, tristeza y malestar que puede generar la situación de ausencia de contacto social.
5. Enseñe a los niños, niñas y adolescentes a protegerse a sí mismos y a sus amigos. Animarlos a lavarse las manos con frecuencia y enseñarles a cubrirse la tos o estornudos con el codo. Asimismo, recuérdeles que eviten tocarse los ojos, la nariz y la boca ya que las manos facilitan la transmisión del virus. Al observarlos muy nerviosos, tristes, ansiosos o que la situación afecta alguna otra esfera de su vida, enfóquese en el tiempo presente, sin intentar sacar conclusiones sobre lo que vendrá. Si persistieran estas emociones, busque un profesional de la salud mental, siempre con la finalidad de encontrar modos constructivos de manejar la adversidad.
6. Bríndeles apoyo afectivo. Es posible que los niños, niñas y adolescentes no distingan las imágenes que ven en las pantallas de su propia realidad personal y crean que corren peligro inminente. Es fundamental ayudarlos a lidiar con el estrés, ofreciéndoles explicaciones acordes a su capacidad de entendimiento, con lenguaje sencillo, oportunidades para jugar y relajarse siempre que sea posible.
7. Cuídese. Podremos ayudar mejor a los niños, niñas y adolescentes si nosotros también estamos sobrellevando la situación. Ellos percibirán la reacción a las noticias, así que les ayudará saber que los adultos están tranquilos. En caso de sentir ansiedad o mucha preocupación, es importante tomarse un tiempo y hablar con otros familiares, amigos o personas de confianza.
8. Responda a las reacciones del niño, niña o adolescentes de manera paciente, escuche sus inquietudes y bríndele atención y apoyo. Trasmítales seguridad y recuérdeles que esta situación es transitoria y que todos trabajamos para ir encontrando los modos de atravesar este tiempo.

“Según nuestro carácter, en estas situaciones
algunos sienten que están perdidos
y que su fin se avecina inexorable,
y otros encuentran en la misma adversidad la fuerza para resistir.
No es una cuestión de creencias,
no es una cuestión de fe ni de inseguridad;
la mayoría de nosotros ha sido o será de una manera
y de la otra, sin especial lógica ni coherencia,
en las sucesivas encrucijadas que nos plantee la vida”.
Primo Levi, Los oficios ajenos. 1987

Equipo de Orientación
Lic. Lorena Dotto
Lic. Pablo Bindi
Lic. Andrés C. Lambardi

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