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30 | 05 2017

Form V – ¡Por fin legó el día del viaje a Rosario!

Lunes, 22 de mayo de 2017 / Martes, 23 de mayo de 2017

Al cabo de esos dos días en los que pudimos disipar la ansiedad que nos provocaba a todos el viaje a Rosario y habiendo sido protagonistas exclusivos de tantas experiencias compartidas entre compañeros, docentes y coordinadores, me aventuré, siendo el docente de ciencias sociales de los niños, a preguntarle a uno de ellos, mientras hacíamos el viaje de regreso:

— ¿Qué fue lo que más te gustó?

Su respuesta fue instantánea y al mismo tiempo despojada de condicionamientos:

—  ¡A mí me gustó cuando desplegamos, todos juntos, la Bandera Argentina frente al monumento a Belgrano!

Esta conclusión tan acertada responde al sentimiento que en todos genera el hecho de estar ahí parados, frente a esa edificación que tributa a Manuel Belgrano y a su obra creadora: la Bandera celeste y blanca, convirtiéndonos en protagonistas de una mínima parte de la historia del lugar.

Muchas fueron las vivencias durante esas horas… La caminata por la ribera del río Paraná, la merienda compartida frente al puerto y la escucha atenta a las explicaciones del guía, y una vuelta en micro por las calles de la ciudad, con edificios, negocios, plazas y transeúntes… son sin lugar a dudas parte de los recuerdos vivos que sellan emotivos instantes de conocimiento puro.

El monumento a la Bandera durante la noche está iluminado de los colores patrios y es inspirador ver la llama votiva que representa la luz eterna de quienes dieron su vida por amor a la patria y la libertad.

La visita al Palacio de las Banderas Americanas, que junto a la nuestra hablan de los países libres de dominaciones extranjeras, como también el recuerdo de haber conocido el Santuario de la Virgen del Rosario dentro de la catedral, hicieron de nosotros seres capaces de agradecer la posibilidad de estar allí y de pedir por un retorno feliz junto a los nuestros.

Todo es parte de un plan lleno de nuevos aprendizajes tiznados de recuerdos que jamás se olvidan… por eso la visita al Convento de San Lorenzo y al Campo de la Gloria nos remonta al tiempo en que San Martín y sus granaderos lucharon con la idea clara de  defender el territorio y la identidad de los hombres libres que estaban gestando la Patria Nueva. Caminar por los mismos lugares donde estuvieron ellos, ver lo mismo que ellos vieron, sentir que el aire es el mismo aire…emociona y nos llena de preguntas que quizás algún día alguien nos ayude a develar.

Prof. Fabio Demicheli

 

 

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